Nació el 22 de enero de 1928 en Guanajuato y murió el
27 de noviembre de 1983 en Madrid. Fue un autor prolífico de México que escribió
teatro, novela, cuento y ensayo, sin olvidar que tuvo una fuerte vertiente periodística,
misma que se ve en su creación literaria.
Ibargüengoitia perdió a su padre muy joven, así que
creció entre mujeres, quienes deseaban que estudiara ingeniería y así fue, pero
abandonó la carrera a dos años de graduarse y decidió cambiarse a Filosofía y
Letras en la UNAM, donde al graduarse se convertió en profesor; de hecho tomó
la clase que dejó Rodolfo Usigli.
Su primer texto fue El atentado (1962), obra de teatro que le hizo ganar el Premio Casa
de las Américas. Sin embargo a partir de entonces decidió escribir novelas, no
teatro. Los relámpagos de agosto fue
su primera novela publicada en 1964, donde ya se deja ver el humor que
caracteriza a Ibargüengoitia, tal como sucede con su libro de cuentos La ley de Herodes.
Tiempo después, Ibargüengoitia se mudó a París junto
con su esposa, la pintora inglesa Joy Laville. Vivió en Francia hasta que
aceptó viajar a Bogotá porque lo invitaron a un encuentro de escritores,
lamentablemente el avión se estrelló cerca del Aeropuerto de Madrid-Barajas y
murió junto con el borrador de una novela que tenía en proceso.
Las muertas
La escritura de Jorge Ibargüengoitia se caracteriza por
ser crítica y mordaz al mismo tiempo. En todos sus textos se evidencia el
sarcasmo, aunque éste es de una fina calidad. Asimismo es notable el juego que
hace con sus personajes, los cuales generalmente están basados en políticos,
empresarios o personas reales que generaron polémica en un determinado momento.
Al igual que otros escritores, Ibargüengoitia tomó
noticias como base para desarrollar varias de sus novelas. Ejemplo claro es su
afamada obra Las muertas, publicada
en 1977. Tiene por argumento central lo ocurrido con las Poquianchis (hermanas
González Valenzuela), que en la novela son llamadas hermanas Balandro. Estas
mujeres hicieron noticia entre 1945 y 1964 porque se dice que secuestraban
jovencitas para prostituirlas y cuando el negocio se comenzó a venir abajo
dejaban morir a las muchachas.
Como es de imaginar, la noticia fue impactante para el
país e Ibargüengoitia no dejó pasar tal acontecimiento, así que lo convirtió en
una novela impresionante donde Arcángela, Eulalia y Serafina, personajes de la
obra, actúan con una psicología tan realista que la narración parece un reportaje.
Es una novela que surge con testimonios, declaraciones
y actas de proceso, por lo que la información que ofrece es muy cercana a la
realidad. Asimismo es un texto valioso por los juegos temporales y narrativos,
con los que recrea escenas grotescas.