En la fotografía: Jorge-González Durán, Xavier Villaurrutia y Octavio Paz.
Varios autores fueron los que comentaron sobre la obra de Villaurrutia, pero fue Paz quien en el prólogo a la Selección de sus poemas comentó:
¿El lugar que ocupa Villaurrutia en México y en Hispanoamérica corresponde a esta excelencia? Hay que contestar con franqueza: no. Villaurrutia no tiene una reputación continental y su poesía es poco leída. No es difícil entender la razón. Su poesía es una poesía solitaria y para solitarios, que no busca la complicidad de las pasiones que hoy tiranizan a los espíritus: la política, el patriotismo, las ideologías.
Su vida personal fue polémica
y siempre con rumores, en cuanto a su sexualidad nunca dijo públicamente nada,
pero se le atribuye una relación romántica con el pintor Agustín Lazo (Ciudad
de México, 1896 – 1971). Entre los dos se dedicaron varias obras poéticas y plásticas
de su autoría. Se dice que luego de la muerte de Xavier, Agustín nunca volvió a
tomar un pincel.